Los equipos de aspersión son ampliamente utilizados en diferentes sectores de la economía en el territorio nacional, desde los niveles de producción, distribución, hasta niveles de transformación, encontrándose en diferentes presentaciones como aspersores estacionarios, aspersores manuales y a motor. La principal diferencia entre estos sistemas de control de plagas radica en el tamaño de la gota de salida. Los sistemas de aspersión manejan un diámetro superior o igual a 50 um y los sistemas de termonebulización de 1-5 um; esto quiere decir que la gota al ser más pequeña logra un mayor alcance y permanece más tiempo suspendido en el ambiente debido a la resistencia de la pequeña (pero significativa) fricción del aire en relación a su poca masa.

La termonebulización es un proceso de pulverización extremadamente fino, que permite lograr procesos de fumigación y desinfección con altos estándares de eficiencia, catalogándose como un proceso ULV (Ultra Low Volum) o UBV (Ultra Bajo Volumen), esto es creado por medio de la implementación de equipos Termonebulizadores que como su nombre lo indica, generan un proceso de pulverización ultrafina del producto gracias a la implementación de calor. La avanzada tecnologia de estos equipos permite que gracias a la cámara de combustión que poseen, se encienda una mezcla gasolina/aire, que genera una columna de gas en los tubos internos que oscila unos 90 ciclos por segundo, que finalmente al tener contacto con la temperatura de transición del tubo de salida se transforma en un gas liviano y flotante que permite logran un cubrimiento profesional, llegando a los rincones más escondidos y sin importar las dimensiones del área a tratar.